* Las caricaturas me hacen llorar ...
El polémico empresario discotequero, Ignacio Zamudio Ortega, dio un golpe de timón para quedarse con la candidatura a diputado federal del Partido Verde, por el VIII Distrito Electoral, luego de una serie de negociaciones con Eduardo “el Pochongo” Ledesma a quien le hizo una oferta que no pudo rechazar, la cual consistió en varios miles de billetes verdes, de esos que tienen la cara de George Washington, dibujada en el centro.
Zamudio Ortega, desde luego no tiene ninguna posibilidad real de obtener el triunfo electoral, y solo aspira a ser el candidato de la botana política, para aderezar con una que otra ocurrencia la campaña que arranca el 3 de mayo y finaliza el 5 de julio.
Pero entre botana y botana, Zamudio Ortega jugará también el papel de candidato de comparsa, con el propósito de hacerle el trabajo sucio al Partido Acción Nacional y su candidato Oscar Arce Paniagua.
Este tipo de candidatos de alquiler han tenido una destacada participación desde que Roberto Campa Cifrián, en el 2000, le hizo el trabajo sucio a Vicente Fox Quezada, al divulgar una serie de documentos con presuntas cuentas secretas y propiedades de valor multimillonario en el extranjero, del entonces candidato priísta Roberto Madrazo Pintado, que presuponían evasión al fisco y desviación de recursos, al tiempo que evidenciaba a Cuahutémoc Cárdenas como un candidato del pasado.
Más recientemente, el candidato presidencial, Bernardo Garza Treviño, tuvo la ocurrencia de retirar su candidatura y declinarla públicamente a favor de Felipe Calderón. Ambos, Campa y Bernardo, tuvieron el triste fin de evidenciarse como candidatos de alquiler, al aparecer posteriormente en cargos públicos de segunda categoría.
A nivel local, esta fresca todavía en la memoria el vergonzoso papel de Sergio Hermilo Ortiz Díaz, quien durante la pasada campaña electoral para la presidencia municipal de Playas de Rosarito, tan luego que se registró como candidato del Partido de Convergencia por la Democracia, fue a ofrecerle vía José Ciprés Tinoco, sus servicios como esquirol a Hugo Torres Chabert.
Testigos hay de este vergonzoso caso que afirman que Hermilo Ortiz Díaz cobró 5 mil dólares a Hugo Torres Chabert, por hacerle el trabajo sucio y aprovechar cualquier tipo de foro para denunciar presuntos casos de corrupción cometidos por el candidato panista Ignacio García Dworak cuando fungió como Secretario del III Ayuntamiento,
Al igual que Campa y Garza Treviño, Hermilo Ortiz sigue todavía cobrando las rentas que le dejó su vergonzosa derrota política –no alcanzó ni cinco votos—e indigna candidatura de alquiler, primero como director de Regulación Municipal, y ahora como Secretario Particular.
La cantidad que haya invertido Zamudio Ortega en adquirir su candidatura, la recuperará seguramente con creces.
Con este tipo de vaciladas, se pierde terriblemente la credibilidad en el proceso electoral del 2009, pues más barato y más eficaz resultaría que el PRI y el PAN, arreglaran sus diferencias en un civilizado volado callejero, y nos dejaran ver las caricaturas, sin las molestas interrupciones de su aburridísima propaganda electoral.
El polémico empresario discotequero, Ignacio Zamudio Ortega, dio un golpe de timón para quedarse con la candidatura a diputado federal del Partido Verde, por el VIII Distrito Electoral, luego de una serie de negociaciones con Eduardo “el Pochongo” Ledesma a quien le hizo una oferta que no pudo rechazar, la cual consistió en varios miles de billetes verdes, de esos que tienen la cara de George Washington, dibujada en el centro.
Zamudio Ortega, desde luego no tiene ninguna posibilidad real de obtener el triunfo electoral, y solo aspira a ser el candidato de la botana política, para aderezar con una que otra ocurrencia la campaña que arranca el 3 de mayo y finaliza el 5 de julio.
Pero entre botana y botana, Zamudio Ortega jugará también el papel de candidato de comparsa, con el propósito de hacerle el trabajo sucio al Partido Acción Nacional y su candidato Oscar Arce Paniagua.
Este tipo de candidatos de alquiler han tenido una destacada participación desde que Roberto Campa Cifrián, en el 2000, le hizo el trabajo sucio a Vicente Fox Quezada, al divulgar una serie de documentos con presuntas cuentas secretas y propiedades de valor multimillonario en el extranjero, del entonces candidato priísta Roberto Madrazo Pintado, que presuponían evasión al fisco y desviación de recursos, al tiempo que evidenciaba a Cuahutémoc Cárdenas como un candidato del pasado.
Más recientemente, el candidato presidencial, Bernardo Garza Treviño, tuvo la ocurrencia de retirar su candidatura y declinarla públicamente a favor de Felipe Calderón. Ambos, Campa y Bernardo, tuvieron el triste fin de evidenciarse como candidatos de alquiler, al aparecer posteriormente en cargos públicos de segunda categoría.
A nivel local, esta fresca todavía en la memoria el vergonzoso papel de Sergio Hermilo Ortiz Díaz, quien durante la pasada campaña electoral para la presidencia municipal de Playas de Rosarito, tan luego que se registró como candidato del Partido de Convergencia por la Democracia, fue a ofrecerle vía José Ciprés Tinoco, sus servicios como esquirol a Hugo Torres Chabert.
Testigos hay de este vergonzoso caso que afirman que Hermilo Ortiz Díaz cobró 5 mil dólares a Hugo Torres Chabert, por hacerle el trabajo sucio y aprovechar cualquier tipo de foro para denunciar presuntos casos de corrupción cometidos por el candidato panista Ignacio García Dworak cuando fungió como Secretario del III Ayuntamiento,
Al igual que Campa y Garza Treviño, Hermilo Ortiz sigue todavía cobrando las rentas que le dejó su vergonzosa derrota política –no alcanzó ni cinco votos—e indigna candidatura de alquiler, primero como director de Regulación Municipal, y ahora como Secretario Particular.
La cantidad que haya invertido Zamudio Ortega en adquirir su candidatura, la recuperará seguramente con creces.
Con este tipo de vaciladas, se pierde terriblemente la credibilidad en el proceso electoral del 2009, pues más barato y más eficaz resultaría que el PRI y el PAN, arreglaran sus diferencias en un civilizado volado callejero, y nos dejaran ver las caricaturas, sin las molestas interrupciones de su aburridísima propaganda electoral.