* Panistas de Rosarito, repudian candidatura de Oscar Arce
A cinco días del 5 de Julio, aparecen muchas dudas, y sentimientos encontrados entre los militantes del Partido Acción Nacional, que el pasado sábado, celebraron 20 años de aquella victoria histórica de Ernesto Rufo Appel en julio de 1989, pero con un sentimiento muy distinto al de aquella ocasión que significó el inicio de la alternancia política y la expectativa de instaurar un régimen democrático en Baja California, y que hoy han cambiado por un llamado fascistoide de “apoyo absoluto al presidente Calderón”.
En radical oposición contra su propia historia, aquellos que hasta hace unas décadas apelaban a los fundamentos democráticos de “una prensa libre”, “el equilibrio y separación de poderes”, “el federalismo”, “la independencia de partidos, sindicatos y organizaciones sociales”, respecto del poder público, pero sobre todo la “efectividad del Sufragio”, hoy son los mismos que recurren a comprar prensa y a perseguir a aquellos que no piensan como ellos; acuden a falta de argumentos convincentes, a la compra de votos y al acarreo para restaurar el presidencialismo y el nefasto centralismo político.
Resulta verdaderamente deprimente que todos sus candidatos a diputados federales, no tengan mayor aspiración que convertir al Congreso de la Unión en una mera “caja de resonancia” de las iniciativas del presidente.
Que incongruencia que aquellos que hasta hace unos años criticaban a los “levantadedos” hoy centren sus aspiraciones políticas en la oferta de ir a levantar el dedo para apoyar todo lo que les ordene el presidente.
¡Bonita forma de celebrar 20 años de alternancia política”, anunciando que a partir del 5 de julio van a convertirse en una borregada, jalando pa donde les suene el cencerro del presidente!
Ahí, es donde las dudas se presentan y los sentimientos encontrados de los propios militantes se aparecen, pero muy particularmente se acentúan en los distritos IV, V, VI, y VIII, en donde con distintos matices prevalece el sentimiento de inconformidad de disidentes.
En el V distrito, su candidato Gastón Luken, lo dijo muy claramente desde el principio: no quiere que le endilguen el título de “panista” y prefiere que lo llamen “candidato ciudadano”, eso sí, etiquetado con el título del “favorito” del presidente. Los panistas por su parte, tampoco lo sienten como su candidato, y hay quienes abiertamente han dicho que van a votar en su contra, igual que en el VI distrito, en donde no le perdonan al gobernador Guadalupe Osuna Millán las maniobras para imponer como su candidato a su hermano Miguel.
En el IV, los simpatizantes de Gerardo Cortez, también albergan serias dudas sobre el futuro de su candidato. Conforme se acerca el día de la elección, los panistas de aquel distrito tienen el fundado temor de que la maquinaria gubernamental se oriente para favorecer un muy posible triunfo electoral de Fernando del Monte, protegido de Elba Esther Gordillo, ínclita aliada del presidente Calderón, con quien el presidente Calderón tiene una deuda que no va a terminar de pagar en lo que resta del sexenio.
Pero es sobre todo en el VIII Distrito, en donde se muestra con toda su crudeza las contradicciones del Partido Acción Nacional, en donde el grupo que postula la candidatura de Oscar Arce, le acuden a rezar a la capilla de Jesús Malverde para que no los deje desamparados ahora que necesitan que les haga un gran favor y funcione la maquinaria de compra de votos vía obrillas pipilulleras, reparto de despensas y cheques de mil pesos para madres solteras y ancianos anda repartiendo a todo lo que da en Tijuana, Raul Meza Orozco, secretario de Desarrollo Social Municipal, a cambio de votos para el presidente Calderón.
Los panistas de Rosarito, por lo pronto, la mañana del pasado Sabado 28 le ofrecieron a Oscar Arce una pequeña muestra de repudio, pues resulta ser que el Comité Municipal que preside José León Ramos, organizó un “simulacro” de la elección, convocando a todos sus movilizadores, representantes de casilla, con resultados tan desastrozos, que tuvieron que completar con la presencia de internos del Cirad y el CREAD, como ocurrió durante toda la campaña.
Los propios panistas lo quieren ver perder.
En radical oposición contra su propia historia, aquellos que hasta hace unas décadas apelaban a los fundamentos democráticos de “una prensa libre”, “el equilibrio y separación de poderes”, “el federalismo”, “la independencia de partidos, sindicatos y organizaciones sociales”, respecto del poder público, pero sobre todo la “efectividad del Sufragio”, hoy son los mismos que recurren a comprar prensa y a perseguir a aquellos que no piensan como ellos; acuden a falta de argumentos convincentes, a la compra de votos y al acarreo para restaurar el presidencialismo y el nefasto centralismo político.
Resulta verdaderamente deprimente que todos sus candidatos a diputados federales, no tengan mayor aspiración que convertir al Congreso de la Unión en una mera “caja de resonancia” de las iniciativas del presidente.
Que incongruencia que aquellos que hasta hace unos años criticaban a los “levantadedos” hoy centren sus aspiraciones políticas en la oferta de ir a levantar el dedo para apoyar todo lo que les ordene el presidente.
¡Bonita forma de celebrar 20 años de alternancia política”, anunciando que a partir del 5 de julio van a convertirse en una borregada, jalando pa donde les suene el cencerro del presidente!
Ahí, es donde las dudas se presentan y los sentimientos encontrados de los propios militantes se aparecen, pero muy particularmente se acentúan en los distritos IV, V, VI, y VIII, en donde con distintos matices prevalece el sentimiento de inconformidad de disidentes.
En el V distrito, su candidato Gastón Luken, lo dijo muy claramente desde el principio: no quiere que le endilguen el título de “panista” y prefiere que lo llamen “candidato ciudadano”, eso sí, etiquetado con el título del “favorito” del presidente. Los panistas por su parte, tampoco lo sienten como su candidato, y hay quienes abiertamente han dicho que van a votar en su contra, igual que en el VI distrito, en donde no le perdonan al gobernador Guadalupe Osuna Millán las maniobras para imponer como su candidato a su hermano Miguel.
En el IV, los simpatizantes de Gerardo Cortez, también albergan serias dudas sobre el futuro de su candidato. Conforme se acerca el día de la elección, los panistas de aquel distrito tienen el fundado temor de que la maquinaria gubernamental se oriente para favorecer un muy posible triunfo electoral de Fernando del Monte, protegido de Elba Esther Gordillo, ínclita aliada del presidente Calderón, con quien el presidente Calderón tiene una deuda que no va a terminar de pagar en lo que resta del sexenio.
Pero es sobre todo en el VIII Distrito, en donde se muestra con toda su crudeza las contradicciones del Partido Acción Nacional, en donde el grupo que postula la candidatura de Oscar Arce, le acuden a rezar a la capilla de Jesús Malverde para que no los deje desamparados ahora que necesitan que les haga un gran favor y funcione la maquinaria de compra de votos vía obrillas pipilulleras, reparto de despensas y cheques de mil pesos para madres solteras y ancianos anda repartiendo a todo lo que da en Tijuana, Raul Meza Orozco, secretario de Desarrollo Social Municipal, a cambio de votos para el presidente Calderón.
Los panistas de Rosarito, por lo pronto, la mañana del pasado Sabado 28 le ofrecieron a Oscar Arce una pequeña muestra de repudio, pues resulta ser que el Comité Municipal que preside José León Ramos, organizó un “simulacro” de la elección, convocando a todos sus movilizadores, representantes de casilla, con resultados tan desastrozos, que tuvieron que completar con la presencia de internos del Cirad y el CREAD, como ocurrió durante toda la campaña.
Los propios panistas lo quieren ver perder.
