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Cicuta I: Las víctimas de Arístides

Cicuta
Jaime Flores Martínez
Oscurito
La Dirección de Asuntos Internos de la Procuraduría de Justicia del Estado debe salir de su marasmo y apuntar sus reflectores hacia Adara Oceguera, actual secretaria de acuerdos de la agencia del Ministerio Publico especializada en delitos patrimoniales.
Abel Galván, titular de Asuntos Internos, debe saber que la licenciada Oceguera ha incurrido en algún favoritismo relacionado con una espinosa averiguación previa que ahora mismo se ventila en esa instancia. En uno de los casos en concreto, la parte acusada presume canojias de la licenciada Oceguera, de tal forma que abre horarios especiales para recibir su comparecencia. Atiende a los acusados “en lo oscurito”.
Mientras el señor Galván bosteza a placer, algunos empleados de la PGJE hacen de las suyas y la reputación del agente del ministerio publico Ricardo Rincón está al borde del precipicio.
Héroe
Si las autoridades intentan conocer los motivos de la muerte del policía comercial Alfredo Garibay Bañuelos, seguramente el cuerpo terminara totalmente descompuesto. El oficial en cuestión falleció el pasado domingo en la canalización del Rio Tijuana, donde aparentemente salvo a otra persona de perecer ahogado a consecuencia del furioso caudal.
La mañana del martes, dos días después de la valerosa muerte del policía, el alcalde de Tijuana dijo que “se analizaban detalles sobre el protocolo para rendirle un homenaje póstumo”, lo que se entendió como la intención de conocer primero los detalles que rodearon su muerte.
Ese mismo día el procurador de justicia del Estado Rommel Moreno Manjarrez dijo que existían elementos para suponer que se trato de un homicidio “culposo”, es decir, sin intención, no fue planeado. Les faltaría decir que “murió por su culpa”.
Este domingo se cumplirá una semana de la muerte de un policía que –todo lo indica— murió en un acto heroico porque ofreció su vida a cambio de la humanidad de un indigente supuestamente a punto de morir ahogado. Y mientras el cadáver del oficial se encuentra congelado en el anfiteatro del Servicio Medio Forense de Tijuana, las autoridades estales dicen que investigan los hechos y las locales “analizan el protocolo”. Mientras el director de la policía comercial Rubén Nieto Aranda se dedica a sacarse la pelusa del ombligo.
Los elementos de la Policía Comercial saben perfectamente que este añejo jefe policiaco, se muestra siempre dispuesto a rendirle pleitesía a los poderosos, aunque eso signifique aplastar la dignidad e incluso la vida de sus elementos. Hasta el momento, Nieto Aranda no se atreve a exigir que las autoridades rindan los honores correspondientes al oficial muerto.
Por lo visto esa autoridad espera confirmar que Alfredo Garibay murió como héroe para rendirle honores, aunque su familia supone que –en caso contrario—el gobierno tendrá argumentos para olvidarse del tema. Igualito que con los otros héroes muertos.
Cuentachiles
Sus amigos dicen que Arístides Valdezpino, sindico-procurador en Rosarito, es un funcionario comprometido con la legalidad “hasta el punto de la exageración”.
Por eso recibió varios puñetazos del actual secretario de seguridad pública municipal José Eduardo Montero Álvarez, un ex-militar que a mediados de mayo pasado fue sorprendido por Valdezpino mientras se encontraba en un céntrico bar rosaritense. Aquella noche, el señor Valdezpino observo la camioneta blindada asignada a Montero afuera de un popular antro de vicio.
A pesar que los escoltas de Montero se encontraban afuera del burdel en espera que su jefe se empujara unos alipuses, el audaz Valdezpino se bajo de su vehículo para tomar fotografías de una actitud que se mostraba evidentemente irregular. Mire que estacionar su vehículo oficial mientras ingería licor, era un pecado mortal.
Tomo sus graficas, abordó su vehículo, y de inmediato sintió el primer derechazo en la mandíbula. Solo alcanzo a ver los ojos enrojecidos de Montero y escuchar una oleada de improperios. Ambos funcionarios se liaron a golpes ante la mirada serena de los policías que escoltaban a Montero. Ambos se retiraron del sitio con su respectivo recuerdo. Valdezpino quedo con un ojo morado y Montero con el rostro ensangrentado.
Se equivoca aquel que supone que el incidente --ocurrido hace 10 meses—se integro a la historia de los incidentes entre funcionarios. La mañana del pasado jueves, Jorge Eduardo Montero acudió a declarar ante la Sindicatura Municipal para responder por la utilización del vehículo oficial en aquella ocasión. Montero debió justificar el uso de dicha unidad en horario de trabajo para trasladarse a esa cantina. Como si un secretario de seguridad publica tuviera un horario determinado ó tiempo para cambiar de vehículo para echarse unos tragos.
El caso es que el señor Artistides Valdezpino es calificado como un funcionario dedicado a buscar los pequeños detalles para exhibir a empleados y funcionarios. Su objetivo es proyectar el estricto cumplimiento de la ley, aunque algunos lo califiquen como “cuenta chiles”.
Muy pocos saben que al inicio de la presente gestión, el señor Valdezpino abrió un expediente contra el ex secretario general de Gobierno Ignacio García Dworak porque su sucesor no recibió el cargador de un aparato Nextel que pertenece al Ayuntamiento. Valdezpino cito a declarar a Dworak para que explicara el destino del aparatito.
También hizo un escándalo porque personal del DIF no encontraba una licuadora que se encontraba en el inventario. Personal del DIF comisionado en la administración del panista Antonio Macías Garay se jalo los cabellos por la desesperación. Uno de esos trabajadores debió acudir a las instalaciones del DIF para encontrar la mentada licuadora en uno de los estantes poco utilizados.
Valdezpino también es inflexible con los policías que son acusados por extorsión o por abuso de autoridad, hasta el punto que los casos que atiende “los hace personales”. Hace muy poco tiempo el director de Control Urbano Paulino Caballero extravió un documento medianamente importante y acabo suspendido de sus labores, pues Valdezpino le abrió un acta administrativa.
Al inicio de esta gestión, suspendió de sus labores al entonces titular de Reglamentos por negarse a realizar un operativo por el “enorme aparato diseñado por Valdezpino”. Ahora Sergio Ortiz despacha como secretario particular del alcalde Hugo Torres.
En la mayoría de los casos, por no decir en todos, las victimas de Valdezpino han salido airosos al recuperar su empleo en cuestión de días, es decir, mas tarda el sindico en aplicar alguna sanción que los empleados suspendidos en reintegrarse a su trabajo.
Comentarios: cicuta45@yahoo.com
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