
Ensenada, BC., 14 May. .- Son comunes en toda la bahía y el sonido nasal que emiten hacen volver la cabeza a cualquier paseante hacia las aguas del atracadero de embarcaciones marinas en el malecón de Ensenada.
Son los lobos marinos en el muelle, cuyo número ha incrementado de los últimos meses, y cuya presencia atrae a algunos y molesta a otros, sobre todo a los dueños de las embarcaciones atracadas en esas aguas del puerto.
Primero fue Pancho, un viejo lobo marino asentado desde hace varios años en el muelle, animal marino mimado por la mayoría de los paseantes, cuya presencia ya estaba integrada al paisaje en esas aguas tranquilas de barcos y de turistas.
La gente asidua al lugar comenta que Pancho no era un lobo marino en particular, en realidad se trataba de varios especímenes, a los que los lugareños le llamaban por ese nombre indistintamente, pues “todos se parecen”.
Como en diciembre pasado, una embarcación encallada, el “Catalina”, un medio de transporte de tiempos de la Segunda Guerra Mundial, medio hundida por los rumbos de Todos Santos, fue desbaratada y transportadas algunas partes al astillero.
Esta embarcación que en un tiempo sirvió como restaurante turístico y después quebró, era utilizada por los lobos marinos como asoleadero. Al ser desbaratada, los animales se dispersaron hasta un lugar desocupado de embarcaciones en el muelle local.
Ahí han retozado desde hace algunos meses, para beneplácito de algunos que festejan su presencia, y para molestia de otros que viven de lo que producen sus embarcaciones, pues éstos les estorban y no los dejan maniobrar.
La Administración Portuaria Integral de Ensenada (API), explicó que son alrededor de 10 marinas las que se encuentran a lo largo del malecón, en el que atracan yates de diferentes dimensiones y otras de pesca deportiva y turísticas.
Se trata en su mayoría de barcos destinados a la pesca deportiva que atracan en esa bahía, y otras tantas agencias turísticas dedicadas a la renta de embarcaciones para el avistamiento de ballenas.
La presencia de los lobos marinos u otáridos, según la API, causa más molestias que expectación, pues dificulta las operaciones marinas de las mencionadas embarcaciones, e incluso también entorpece las labores pesqueras.
También consideró que con la llegada del verano atracarán otras embarcaciones en el espacio actualmente ocupado por los mamíferos acuáticos, lo que provocará que cambien su residencia temporal hacia otro hábitat donde tampoco peligre la especie.
Incluso se ha planificado acondicionar con la participación de expertos como biólogos y ambientalistas, otra estancia para trasladar a la especie protegida, y de esa manera resguardar la integridad de los animales y la operación de las embarcaciones.