El movimiento inició con 10 de carrotanques, poco después de la llegada a esta ciudad de cientos de elementos de la Gendarmería, que ayudaron a contener a los manifestantes, de los cuales quedaban solamente una decena en el punto donde se desarrolló la protesta, cuyo desalojo había sido iniciado 12 horas antes por policías federales, ministeriales y municipales.
Al inicio, por cada pipa iban dos patrullas de la Policía Federal.
El subsecretario de Gobierno Zona Costa, Enrique Méndez, confirmó la llegada de la Gendarmería y el inicio de las operaciones de las pipas, pero sin precisar la clase de combustibles que llevaban ni su destino.
Las unidades salieron de las instalaciones de Pemex por el bulevar Plan de San Luis, junto a la plaza comercial Pabellón Rosarito, el mismo sitio en el que la noche anterior había salido una caravana de 33 unidades de las que se dijo en su mayoría eran de turbosina.
Al alertarse por redes sociales de la llegada de la Gendarmería y la posibilidad de que hubiera "represion", la mayoría de los manifestantes se retiraron y quedó solamente una decena de ellos, pero convocaron a congregarse por la mañana vestidos de blanco.