).- El abuso de las drogas en adolescentes y jóvenes cada vez es más frecuente de lo que imaginamos; pasa tan rápido que los padres no suelen darse cuenta del problema hasta que toma dimensiones mayores. Sin embargo, prevenirlo o hasta solucionarlo parecería tan sencillo como la comunicación estrecha dentro del núcleo familiar.
Aunque las adicciones son un problema que requiere de atención especializada, la prevención de éstas recae principalmente en los padres quienes deberían encargarse de la buena educación de sus hijos; es decir, inculcar valores, potenciar su autoestima y por consiguiente prepararlos en el aspecto profesional.
Esto es posible a través del ejemplo personal y de un clima familiar que, por medio de la comunicación directa, honesta y de confianza mutua, potencie el autoafirmación, el autocontrol emocional y las habilidades de resolución de los problemas.
De acuerdo a información del Instituto para la Atención y Prevención de las Adicciones (IAPA) en la Ciudad de México el alcohol, la cocaína, los inhalables, la marihuana y el tabaco son sustancias que afectan de manera poderosa al cuerpo y la mente.
Su consumo se ha convertido en uno de los problemas más importantes, pues las conductas destructivas que ocasionan lesionan el entorno familiar y social.
El IAPA alertó que la utilización de esas drogas es cada vez más frecuente y a edades más tempranas, por lo que es importante contar con información puntal y clara que permita a todos los integrantes de la familia conocer las causas y consecuencias del abuso de sustancias tóxicas en la salud física y mental.
Desde la primera ingesta ya sea de alcohol, cocaína, inhalables, marihuana o tabaco, los efectos en el organismo son inmediatos y su uso frecuente no sólo genera una adicción sino conductas violentas, accidentes y altos costos económicos no sólo para la familia sino para el país.
Entre los efectos inmediatos que ocasiona el abuso del alcohol destacan las afectaciones al pensamiento claro y el juicio crítico, es decir, entorpece la coordinación, enlentece la reacción y dificulta la visión; además provoca accidentes y causa accidentes.
El alcohol y el tabaco son las drogas legales de mayor consumo, las que causan más daño y con el mayor número de adictos en México y sus efectos en el organismo son devastadores.
El consumo de bebidas alcohólicas causa afecciones graves de hígado, cáncer de boca, esófago, estómago y cirrosis, alucinaciones, psicosis, demencia, impotencia y problemas de fertilidad, desnutrición y anemia.
Si bien el alcoholismo afecta a personas de ambos sexos, en las mujeres tienen mayor riesgo de contraer cáncer de mama y SIDA, de tener conductas abusivas y violentas, convertirse en víctima de violencia o abuso sexual, embarazos no deseados por tener relaciones sexuales no planificadas, y sin protección.
La guía del IAPA refiere que el tabaco, por su parte, es causante de 60 mil muertes al año en México, lo que representa 165 decesos al día.
El organismo precisó que cada año más hombres y mujeres fuman e inician más jóvenes; los fumadores crónicos perderán entre 20 y 25 años de vida.
Fumar causa cáncer, infartos, infertilidad e impotencia, infecciones bucales, caries, se caen los dientes, mal aliento, mal olor corporal y además afecta a las personas que están alrededor de un fumador, pues contaminan el aire.
En las mujeres la probabilidad de un infarto se multiplica 10 veces cuando también se utilizan anticonceptivos orales, la menopausia se adelanta entre dos y tres años, se aumenta el riesgo de sufrir osteoporosis, menstruación dolorosa.
El Instituto del Gobierno capitalino recomienda evitar fumar delante de los hijos, ni aceptar un cigarrillo, ni imitar a quienes consumen, así como informarse sobre los riesgos asociados al tabaquismo.
Somnolencia, ataques de pánico, apetito voraz al despertar, ojos rojos, desinterés en la escuela, pandillerismo, son producidos por fumar mariguana, una planta que contiene sustancias tóxicas y cancerígenas como el delta 9 tetrahidrocanabinol, que daña el cerebro.
Quienes fuman esta hierba presentan cambios de conducta y locura tóxica así como el desinterés y pérdida de la motivación en lo que les rodea, daños que llegan a ser irreversibles por su abuso.
A su vez, la cocaína es un potente estimulante del sistema nervioso central, acelera todas las funciones del organismo y eleva la presión arterial y el ritmo cardiaco tanto que si no se controla a tiempo puede causar un derrame cerebral o un infarto.
Esta sustancia hace que el cerebro sea más sensible ante cualquier estimulo, ya sea sensorial o emocional, lo que puede llevar a quien la consume a tener cuadros de locura, con delirios y alucinaciones, agresividad y violencia sin importar de quien se trate o en donde esté.
Quienes inhalan cocaína sienten sensación de placer, bienestar y sentimientos de grandeza, pero como su efecto es efímero con el tiempo necesitan consumir cada vez más dosis y con mayor frecuencia para sentir lo mismo.
En tanto, el abuso de psicoactivos volátiles o inhalantes es un problema de salud grave que afecta a hombres y mujeres jóvenes sin distinción de condición social.
Estas sustancias tóxicas son de fácil acceso pues están presentes en pegamentos, correctores, removedores de barniz, marcadores, líquidos para lavar en seco, quitagrasas, gasolina, pinturas, fijadores de pelo, encendedores, tanques de gas, "poppers" (nombre genérico que se designa a ciertas sustancias químicas) y aire comprimido.
Actualmente esas sustancias, que son más consumidas por jóvenes de secundaria, afecta más a menores de 15 años pues creen que son "inofensivos" y su consumo se asocia con conductas delictivas y antisociales.
Su uso desde la primera vez puede provocar muerte súbita, asfixia, quemaduras o explosión, en tanto que su uso habitual provoca dolor de cabeza, pérdida de coordinación, debilitamiento de músculos y parálisis, náuseas, vómitos y desnutrición.
También aumenta las alteraciones respiratorias como la bronquitis, causan daño cerebral, daña el hígado y los riñones, ocasiona ceguera y pérdida de la audición.
El consumo de cualquiera de las sustancias antes mencionadas afecta más a las mujeres en etapa de gestación, pues expone su salud y la del bebé, ya que puede tener parto prematuro, aborto espontáneo o su hijo puede resultar con malformaciones y/o emocionalmente dañado.
La permisividad social, la publicidad engañosa, la curiosidad, la falta de información son situaciones en las que los padres deben estar atentos al estado de salud de sus hijos, cambios de conducta, bajo rendimiento escolar, aliento inusual, apariencia aturdida, pérdida del apetito, entre otros.
Además interesarse emocionalmente en sus cosas, conocer a sus amigos y saber qué hacen, así como involucrarse en su vida, y aunque esa tarea no es fácil, hay que intentarlo para orientarlos y que sean capaces de desarrollar habilidades que les permitan evitar y resistir la presión de amigos y social para que tomen decisiones acertadas.
También es importante fomentar el deporte, actividades artísticas y saber que no toda la información que circula en redes sociales, entre los amigos y en Internet es real.