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Saldaña y Mario Rivera hablan de Tijuana en los tiempos de la Revolución Mexicana


 
*Poco se sabe y poco se ha dicho de Tijuana en esa época de movimientos armados
*Algunos viejos pobladores de Tijuana satanizan a Ricardo y Enrique Flores Magón acusándolos de “Filibusteros”

*El Secretario de Gobernación en el gobierno de Francisco I. Madero fue Jesús Flores Magón
20 de Noviembre de 2012.
El periodista Mario Rivera invitó al sociólogo Bernardo de Jesús Saldaña Téllez para hablar de la Revolución Mexicana, con especial énfasis en Tijuana. Al respeto Saldaña Téllez manifestó estar haciendo un estudio sobre la organización social y política en la región, desde principios de siglo y hasta mediados de los años cuarenta. Enfatizó que hay diversos investigadores y académicos que han abordado lo que llaman “invasión filibustera” y el subsecuente movimiento obrero de carácter nacionalista. Dijo que por ejemplo Marco Antonio Samaniego López se refiere a la lucha obrera en Tijuana,[1] aunque los antecedentes van a los tiempos de Francisco I. Madero, cuando convirtió sus ideales de “Sufragio efectivo, no reelección” en gobierno democrático.[2] Hay que recordar que con Madero comenzó la caída del dictador Díaz, con Madero comienza la Revolución Mexicana.
Afirmó Saldaña Téllez que el 8 de mayo de 1911, Ciudad Juárez fue tomada por las fuerzas maderistas y ese mismo día Tijuana fue tomada por las fuerzas del Partido Liberal Mexicano. En Tijuana los Flores Magón son acusados de violentos y anarquistas, pero Ciudad Juárez no hubiera sido tomada pidiendo permiso de forma pacífica, en Ciudad Juárez estuvieron Francisco Villa, Pascual Orozco y otro general, un italiano de nombre Peppino Garibaldi, que de haber estado ese mismo día en Tijuana hubiera sido acusado de “filibustero”, aunque haya hecho lo mismo, además de José de la Luz Blanco, y ninguno de esos generales revolucionarios esperaron las ordenes de Madero porque no lo aprobó, pero entró triunfal y en aquella ciudad estableció el cuartel general de la Revolución Mexicana. Después se firmaron los Acuerdos de Ciudad Juárez y Porfirio Díaz dejó la presidencia el 25 de Mayo de ese mismo 1911. Pudieran parecer hechos por separado, pero en política la coincidencia es ciencia.
De acuerdo al Censo de Población de 1910, en Tijuana había solamente 956 personas, en toda su extensión territorial, desde la línea internacional al arroyo La Misión, una población compuesta por 705 hombres y 251 mujeres (pág. 110),[3] dispersos en las rancherías y en la naciente zona urbana que en lo que hoy es la zona centro de Tijuana, en aquel entonces apenas se contaba con alguna casas, todas separadas por distancias las unas de las otras y no se veía finca mayor, salvo construcciones de lo que parecía ser un cuarto construido con tablas de madera.
La presencia de las ideas de Francisco I. Madero en Baja California sirvió para gestar o consolidar el nacimiento del sindicalismo tijuanense, y si Ricardo Flores Magón alentó algunas bases sindicales y derechos de los trabajadores, tales como el salario mínimo, el derecho de agrupación y de huelga, y además la reducción de las jornadas de trabajo, entre otros temas que son propios de la organización de los trabajadores. Algunos de esos temas quedaron plasmados en el ideario del Partido Liberal Mexicano, aunque es necesario decir de la existencia de autores que sostienen una versión donde Ricardo Flores Magón acusa a Francisco I. Madero de una revolución burguesa. Como también otros afirman que al parecer algunas fuerzas de Madero combatieron en Baja California a los floresmagonistas después que tomaron Tijuana, pero a los Flores Magón les tocó el gobernador porfirista Celso Vega, del mismo estilo que el dictador, y después del 25 de Mayo llegó como presidente Francisco León de la Barra, hasta el 6 de Noviembre que Francisco I. Madero asumió la presidencia. En Baja California el nuevo gobernador fue Miguel Mayol que duró sólo dos días en el cargo, del 22 al 24 de agosto de 1911. Le siguieron otros gobernadores en menos de dos años.
Para contextualizar, cabe explicar que en una época posterior, en el antecedente de Tijuana, la organización proletaria tiene distintas expresiones, ya que mientras en el resto del mundo se organizaban los trabajadores para tener mejores condiciones de trabajo, en Tijuana sólo reclamaban trabajo para llevar algo a sus familias, pero la economía estaba en manos de extranjeros y la autoridad al servicio de ellos. Andrea Spears Kirkland confirma el origen de las luchas sindicales en Tijuana, aunque también en Mexicali, «debido al desarrollo de los centros de ocio y la expansión de los campos algodoneros, donde los propietarios de los casinos, cantinas, hipódromos y prostíbulos preferían contratar norteamericanos y los agricultores preferían la mano de obra asiática».[4]
En los dos temas, de la Revolución Mexicana y del Sindicalismo en Tijuana, Saldaña Téllez dijo que en una situación como esta, se obligó al trabajador a defender sus derechos como mexicanos y subsanar un sentimiento para no sentirse extranjeros en su propia patria. Era otro tipo de Revolución Mexicana. Explicó que así lo expresó uno de grandes pilares de la lucha sindical en Tijuana, Francisco M. Rodríguez Martínez, El Boca Brava. Explicó que en tiempos de la Revolución en Tijuana, no tenían formación profesional y eran desplazados “hoy Baja California tiene uno de los lugares más altos de desempleo en el país y necesitamos capacitar a toda la gente. Cuando terminó la Revolución, de toda la población 85% eran analfabetas y sólo el 15% tenía alguna instrucción, y en ese mismo porcentaje ya van incluidos los que apenas podían leer o escribir”.
En el estudio que realiza el sociólogo, afirma que eran tres hermanos de apellido Flores Magón: Jesús, Ricardo y Enrique. Y mientras Ricardo y Enrique luchaban por sus ideas, en México y refugiados o exiliados en Los Ángeles, California, en Tijuana fueron acusados de “filibusteros” de forma peyorativa, pero es una interpretación local y de una época en específico, pero casi al mismo tiempo Jesús Flores Magón se desempeñaba como Secretario de Gobernación en el gabinete del Presidente Francisco I. Madero.
Por su parte, Jesús Flores Magón desde esa responsabilidad le encomendó a Carlos M. Peralta dar a conocer una iniciativa de ley sobre los accidentes de trabajo, es un evento que se realizó el 1° de Septiembre de 1912, tres semanas antes de fundar, de declararse inaugurada la Casa del Obrero, y para el tema de la organización de los trabajadores en Baja California, en el Teatro Principal (en la ciudad de México) Carlos M. Peralta hablaba de la importancia de la seguridad social, por instrucciones del Secretario de Gobernación y en ese mismo escenario estaba un personaje que dieciocho años después dejaría su cargo en la presidencia de Emilio Portes Gil, donde fue Secretario de Educación Pública, y el 27 de diciembre de 1930 llegó a estas tierras peninsulares en calidad de Gobernador del Distrito Norte del Territorio Federal de la Baja California, por ordenes de Plutarco Elías Calles. Nos referimos a Carlos Trejo y Lerdo de Tejada quien afirmó, con respecto a la ley de accidentes de trabajo, que se lo encomendó Jesús Flores Magón a Carlos M. Peralta.
Para concluir, Bernardo de Jesús Saldaña Téllez dijo que Venustiano Carranza abrazó el constitucionalismo, y “la Constitución de 1917 plasmó derechos sociales que debemos disfrutar en su totalidad y de forma universal, porque derechos sociales significan seguridad social”.
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