De Miguel Ángel Castillo
Lo malo de las grandes expectativas es que uno termina siempre esperando más de lo que al final le vienen a ofrecer; ese horrible preámbulo de flirteo que termina en 8 decepcionantes segundos es más o menos lo que vivimos con el anuncio del Presidente Enrique Peña Nieto con motivo de la actual crisis política y de seguridad por la que atraviesa el país.
Tanto esperar en medio de especulaciones sobre el mega cambio que vendría después de que el ‘preciso’ saliera frente a las cámaras, aderezado con pequeñas filtraciones de su gabinete que hacían pensar que ahora sí, venía la buena, con más preparativos que un Informe Presidencial… y nada.
Lo que vimos fue, de nuevo, un decálogo de objetivos que más parecen querer ‘taparle el ojo al macho’ que encontrarle una solución a este volcán en proceso de erupción que se mantienen latente, pero que nadie atiende. Ahí tenemos por ejemplo el caso del 911 como propuesta para que sea el número único de emergencia como solución a todos los males. ¡Haberlo dicho antes! Ahora resulta que si los eventos de violencia que terminan en tragedia no se previenen no es porque haya una maraña de complicidades entre malos y malosos, sino porque nadie sabía a quien llamar para reportarlo. Ya nada más faltó que nos dieran el número de los Cazafantasmas.
Eso sí, vamos derechito a tener todo un programa de TV con casos de éxito de emergencias mexicanas resueltas gracias al 911 (sí ya tenemos Buen Fin como copia del Black Friday, ¿por qué no el 911?), eso sí, con doblaje incluido, aunque nosotros hablemos en español, porque lo importante es no prescindir del imperdible “¡Oh, sí, lo recuerdo perfectamente!. Estaba parado en el zócalo cuando de repente dije, ¡oh, cielos, vienen los granaderos!”
Lo más asombroso del evento llevado a cabo en Palacio Nacional no fueron las propuestas de impulso económico que se focalizarán en esas zonas del sur olvidadas por décadas, omitiendo a las demás regiones que adolecen de lo mismo (aunque no lo crean, en el norte también hay extrema pobreza), ni que se retome el canal interoceánico del istmo de Tehuantepec como punta de lanza en la infraestructura, siendo un proyecto que lleva un siglo sin funcionar y en el que volvieron a fracasar Vicente Fox y Felipe Calderón.
Tampoco lo fue el hecho de que se elimine el Municipio Libre quitándoles el control de los cuerpos de seguridad dándoselo a los gobiernos estatales (sólo imaginemos a Javier Duarte en Veracruz echando mano a la mano aún más dura) , como si la génesis de este infortunio fueran los municipios y sus alcaldes y no el gran lodazal de corrupción que parte desde el Congreso con diputados pidiendo moches para liberar el presupuesto asignado, por citar un ejemplo.
Los memes del 911 mexicano
En un mensaje a la nación, el Ejecutivo federal dijo que se fortalecerán las competencias de cada autoridad en el combate al delito, en los distintos órdenes de gobierno.
Se comprometió a acelerar la creación de un teléfono único para la atención de emergencias en todo el país, que podría ser el 911, por ser el más reconocido a nivel mundial.
Este anuncio generó varios memes en los que se burlan de la eficiencia de la policía mexicana y como creen que será la atención en ese nuevo servicio de emergencia.
Los memes del 911 mexicano. Foto: Redes sociales
Ahí es donde está el detalle. El discurso y las medidas de Peña Nieto fueron una secuencia de formas que no se clavan en la textura, un lavado de manos en donde por ningún lado toma alguna responsabilidad en esta crisis que trae encima provocada por omisiones, reacciones, pataleos e incluso tintes de berrinche aderezado por compras y rentas de casas por parte de su cónyuge, un problema donde solitos se metieron, aunque se le vayan encima al mensajero.
Ese mensaje a la Nación “Por un México en paz con justicia, unidad y desarrollo” fue como decirnos que cuando esta administración llegó las cosas ya estaban tan mal que es necesario cambiar todo… menos a algún funcionario, a pesar de que incluso se canceló una licitación por la sombra de un posible conflicto de intereses. Con las modificaciones a las leyes que propone el Presidente nos está diciendo que el camión en el que viajamos todos necesita motor nuevo, llantas, balatas y hasta arreglo en la espericueta y la chafaldrana; quizás hasta de pasajeros porque, ah, como friegan, pero del chofer ni hablamos. Ese no tiene la culpa.
Pero si algo resultó aún más curioso y llamó la atención de todos fue la apropiación del “Todos somos Ayotzinapa” que se ha convertido en un símbolo en las protestas justamente contra… su gobierno. Más que empatía se fue por la libre a ajustarse a lo políticamente correcto en una especia de ‘si no puedes con ellos, úneteles’, lo cual resulta imposible porque aunque no lo crea y con esta serie de eventos desafortunados se está convirtiendo más en parte del problema que de la solución.
Es como si Ernesto Zedillo hubiera adoptado la frase del “Todos somos Marcos” durante su sexenio, poniéndose un pasamontañas y evitando tomar una posición que definiera sus acciones aunque eso no lo hiciera popular. Ese quizás sea el principal problema de Peña Nieto: pareciera que es más el afán de quedar bien con todos (víctimas, marchistas, inversionistas, gobiernos extranjeros) que al final no decide ni una ni otra cosa. Y eso, junto con al acomodarse con la famosa frase, es algo que difícilmente la gente le va a perdonar.
Foto: CuartoscuroFoto: CuartoscuroHay de ‘compas’ a ‘compas’
Cuando uno ve que el hecho de llamarse ‘compa’ por parte de los detenidos en los hechos violentos del 20 de noviembre pasado es una de las ‘pruebas fuertes’ de las autoridades para mantenerles en proceso y encarcelados no puedo uno sino llorar de emoción por ver que a los fantásticos montajes de Genero García Luna alguien les está diciendo ‘quítate que ahí te voy’. Nos es imposible imaginar el grado de investigación e inteligencia para determinar que de forma infalible esa es la clave para identificar a rijosos y separarlos de quienes marchan en paz. No fue el hecho de que hubiera algunos aventando piedras, armados con palos y esperando tranquilamente en cualquier lugar del Centro Histórico sin que la policía ni los granaderos los molestaran. No, el meollo del asunto era ir por todo aquel que pronunciara la palabra ‘compa’. Porque en el manual del perfecto anarquista, seguro eso es lo primero que se enseña.
Foto: CuartoscuroFoto: CuartoscuroY mientras tanto en Coahuila
Hermosa situación de pena ajena la que se suscitó en Coahuila esta semana, ahí en la tierra donde los Moreira hacen su nido, pues resulta que entre todo el desbarajuste nacional pasa desapercibido que los expedientes que mostrarían las irregularidades y el atraco multimillonario contraído con deuda pública en el periodo de Humberto Moreira desaparecieron, se perdieron, esfumaron, nadie sabe y nadie supo. Es decir, nada en ese mundo se pierde, solo y en específico eso. Pero ahora con todo el contexto que tenemos somos más sabios y después de analizar las cosas podemos concluir que esas cosas pasan en ese estado porque nadie pudo reportarlo a tiempo. De ahí la urgencia de que se implemente el 911 a la de ya. O las cosas se van a seguir perdiendo.
Foto: CuartoscuroFoto: CuartoscuroSi tienen tele ahí se ven
Si en algún lugar las cosas no podían salir peor ese es justamente el mundo fantástico del PRD. La renuncia de Cuauhtémoc Cárdenas al partido del Sol Azteca por diferencias con su cúpula en la toma de decisiones luego de los acontecimientos de Iguala, no es más que un acto de consistencia, más que de congruencia, por parte del 'Inge' que no pierde la costumbre de ponerse rebelde en los momentos en que el control no es suyo y se queja de las malas mañas que por años permitió (primero en el PRI y ahora en el PRD). La única diferencia con López Obrador es el lugar de su natalicio y que uno se come las 's' mientras el otro no puede parar de sonreir (internamente). De ahí en fuera, ninguno soporta que ya no se les vea como los salvadores qué México espera aunque en los momentos clave terminen poniéndose el pie ellos mismos. Todo es cuestión de tiempo para ver si el águila que cae, cae parada y entonces, aunque ahorita lo niegue, terminemos por tener un nuevo partido.
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