ENSENADA.-El Sismo de 7.2 grados que se registró el pasado domingo al sur-sureste de Mexicali, representa una advertencia para actualizar reglamentos de construcción y desarrollo urbano para prevenir desastres, advirtió el director del Centro de Investigación Científica y de Estudios Superiores, CICESE, de Ensenada, Luis Mendoza Garcilazo, quien precisó que el fenómeno sísmico ocurrió en la falla de la Laguna Salada y ha generado más de 300 réplicas entre 3 y 5 de magnitud, a lo largo de 100 kilómetros en territorio de México y Estados Unidos.
Mendoza Garcilazo recordó que un sismo de similar magnitud fue el que hace unos cuantos meses devastó la ciudad de Puerto Principe en Haití. “La fortuna acompañó a Baja California”, comentó
La diferencia es que mientras que en el país caribeño, el epicentro ocurrió a 15 kilómetros de la zona poblada, en Mexicali, se presentó en el área de Guadalupe Victoria, a mas de 30 kilómetros de la zona urbana de la ciudad, lo que minimizó los daños en la capital de Baja California.
Agregó que el ocurrido el pasado domingo de Pascua, con una duración aproximada de 40 segundos, fue el terremoto más fuerte ocurrido en Baja California desde 1892, de acuerdo a los registros históricos de fenómenos sísmicos en la entidad.
Destacó que la falla de la Laguna Salada, no había presentado actividad desde entonces.
El temblor generó más de 300 réplicas a lo largo de 100 kilómetros a lo largo de la frontera, con magnitud que van desde los dos hasta los 5 grados en la escala de Richter.
Precisó que las réplicas generaron actividad en otras fallas de la región como la de Cucapah, San Jacinto y Elsinore, en el estado de California.
Agregó que en la región existen otras fallas que han tenido actividad periodica como las fallas de San Andrés, San Miguel y Sierra de Juárez.
Mendoza Garcilazo consideró que la “fortuna” acompañó a Baja California al no existir daños de mayor gravedad en la ciudad de Mexicali, en donde se reportaron daños a la infraestructura de servicios como electricidad y agua potable, así como decenas de edificios públicos y viviendas.
Precisó que el evento debe ser considerado como una fuerte llamada de alerta para las autoridades de gobierno, para revisar reglamentos de construcción y desarrollo urbano en previsión de eventos de una mayor magnitud.
Las actuales y futuras construcciones deben contar con tecnología antisísmica moderna que permita resistir sismos de igual o mayor magnitud que el registrado el pasado domingo de Pascua en Mexicali.
De igual forma deben ser revisados los planes de contingencia que se tienen en cada ciudad, consideró Mendoza Garcilazo.
