La Casa de la Cultura, el referente de la educación artística de esta frontera y por cuyas aulas han pasado infinidad de personalidades, es una puerta grande para la expresión de la juventud de esta frontera mexicana.
Asentada al final de la rampa Altamira, desde la histórica construcción neoclásica del tipo jónico o también clasificado como “Spanish colonial” se domina gran parte del paisaje tijuanense, incluyendo la vecina ciudad de San Diego, en California, Estados Unidos.
Ahí, los jóvenes se preparan para ser violinistas, chelistas, pianistas, artistas plásticos, fotógrafos, intérpretes musicales clásicos, populares o integrantes de grupos de danza folclórica, ballet, entre otras disciplinas artísticas y culturales.
El maestro retirado de folclor mexicano en esta institución, José Rafael Gaillard, recordó que debido a las necesidades culturales en la frontera, se acordó su apertura.
Con la instauración de este centro de enseñanza artística inició su funcionamiento con talleres de teatro, danza folclórica, danza moderna, danza clásica y guitarra, en tanto la población estudiantil comenzó a hacer crecer la matrícula de la institución.
El maestro emérito recordó que fue en el sexenio de José López Portillo en que se abrió esta frontera al Fondo Nacional para Actividades Sociales (Fonapas), y empezó la construcción del Centro Cultural Tijuana, como alternativa artística en la ciudad.
En la Casa de la Cultura, luego del crecimiento registrado de futuros jóvenes artistas, inició la formación ya como grupo de teatro el ballet clásico de danza, en el que el maestro Gaillard se aventuró a crear el taller de folclor mexicano.
Este grupo, añadió Gaillard, recorrió en sus presentaciones las mejores universidades de California, Estados Unidos, lo que provocó que varios jóvenes residentes de esa entidad incursionaran en el estudio de la música y el folclor mexicano.
Ello, rememoró, abrió las puertas para que la Casa de la Cultura de Tijuana fuera reconocida en el vecino país por sus actividades artísticas; luego, con el tiempo, se realizó un curso intensivo de folclor en Suiza, Alemania, Francia y España por la institución.
“En la actualidad, Tijuana es la puerta artística de donde han salido buenos pianistas, cantantes, chelistas y guitarristas”, aseguró el maestro cuyo nombre, “José Rafael Gaillard”, lleva una de las principales aulas de la Casa de la Cultura.
Inaugurada en julio de 1930 con fines escolares, principalmente la Escuela Primaria “Álvaro Obregón”, albergó varias instituciones hasta 1977; edificio multifuncional que ha sido utilizado por la comunidad tijuanense, así como autoridades civiles y militares.
Por ejemplo, durante la Segunda Guerra Mundial y con la declaración de guerra de México a Alemania, Italia y Japón en 1942, la frontera del país vivió momentos tensos y un ambiente semimilitarizado y el edificio fue utilizado como cuartel militar.
En 1977, durante el gobierno de Milton Castellanos Everardo, el edificio se destinó exclusivamente como Casa de la Cultura de Tijuana, y esta función la he venido desempeñando hasta la fecha como tal, como parte del Instituto Municipal de Arte y Cultura.
Además de sus talleres artísticos y culturales, existen espacios como el café literario, galería y biblioteca; presentaciones artísticas, obras teatrales y musicales, exposiciones de pintura, dibujo, escultura, grabado, lecturas, conferencias, cineclubes y otros.
José Rafael Gaillard también es el coordinador de los festejos especiales del 85 aniversario de la Casa de la Cultura, que cumplió en julio pasado.
Ahí, los jóvenes se preparan para ser violinistas, chelistas, pianistas, artistas plásticos, fotógrafos, intérpretes musicales clásicos, populares o integrantes de grupos de danza folclórica, ballet, entre otras disciplinas artísticas y culturales.
El maestro retirado de folclor mexicano en esta institución, José Rafael Gaillard, recordó que debido a las necesidades culturales en la frontera, se acordó su apertura.
Con la instauración de este centro de enseñanza artística inició su funcionamiento con talleres de teatro, danza folclórica, danza moderna, danza clásica y guitarra, en tanto la población estudiantil comenzó a hacer crecer la matrícula de la institución.
El maestro emérito recordó que fue en el sexenio de José López Portillo en que se abrió esta frontera al Fondo Nacional para Actividades Sociales (Fonapas), y empezó la construcción del Centro Cultural Tijuana, como alternativa artística en la ciudad.
En la Casa de la Cultura, luego del crecimiento registrado de futuros jóvenes artistas, inició la formación ya como grupo de teatro el ballet clásico de danza, en el que el maestro Gaillard se aventuró a crear el taller de folclor mexicano.
Este grupo, añadió Gaillard, recorrió en sus presentaciones las mejores universidades de California, Estados Unidos, lo que provocó que varios jóvenes residentes de esa entidad incursionaran en el estudio de la música y el folclor mexicano.
Ello, rememoró, abrió las puertas para que la Casa de la Cultura de Tijuana fuera reconocida en el vecino país por sus actividades artísticas; luego, con el tiempo, se realizó un curso intensivo de folclor en Suiza, Alemania, Francia y España por la institución.
“En la actualidad, Tijuana es la puerta artística de donde han salido buenos pianistas, cantantes, chelistas y guitarristas”, aseguró el maestro cuyo nombre, “José Rafael Gaillard”, lleva una de las principales aulas de la Casa de la Cultura.
Inaugurada en julio de 1930 con fines escolares, principalmente la Escuela Primaria “Álvaro Obregón”, albergó varias instituciones hasta 1977; edificio multifuncional que ha sido utilizado por la comunidad tijuanense, así como autoridades civiles y militares.
Por ejemplo, durante la Segunda Guerra Mundial y con la declaración de guerra de México a Alemania, Italia y Japón en 1942, la frontera del país vivió momentos tensos y un ambiente semimilitarizado y el edificio fue utilizado como cuartel militar.
En 1977, durante el gobierno de Milton Castellanos Everardo, el edificio se destinó exclusivamente como Casa de la Cultura de Tijuana, y esta función la he venido desempeñando hasta la fecha como tal, como parte del Instituto Municipal de Arte y Cultura.
Además de sus talleres artísticos y culturales, existen espacios como el café literario, galería y biblioteca; presentaciones artísticas, obras teatrales y musicales, exposiciones de pintura, dibujo, escultura, grabado, lecturas, conferencias, cineclubes y otros.
José Rafael Gaillard también es el coordinador de los festejos especiales del 85 aniversario de la Casa de la Cultura, que cumplió en julio pasado.
